jueves, 28 de febrero de 2013

Subidón



Observarte sin que te des cuenta.
Comprobar que en grupo te adaptas, independientemente de si te ponen unos u otros compañeros. Que no llevas la iniciativa pero haces lo que quieres según tu propio criterio.
Que comes lentejas tan despacio como en casa.
Que sale de tí establecer las normas básicas e invitas a que así se haga.


Cariño mío, creo que has sobrevivido siendo tú misma a la Escuela Infantil. Y yo no puedo sentirme más orgullosa y agradecida.

CLC


jueves, 14 de febrero de 2013

Hoy es el día de los culos gordos (y de las caras bonitas)


Estoy golosona, ya ves truz. Y ayer descubri un postre de los que a mi me gustan: sin huevo (la rubia rules), fácil de hacer y con cosas que puedo encontrar en un supermercado normal.
Vale, soy un gran ejemplo de catástrofes culinarias de pinterest. Pero lo importante es lo rico que estaba. Una no es muy fina con el sirope de frambuesa, pero con ser mona y sonreir excusándome, me ha ido bastando...

A las gordas de vocación nos viene de maravilla estos días, no soy de dulces... hasta que lo soy.

Y hoy, oooohhhh, hoy... estoy muy nerviosa... si se deja mi pequeño Manuel, le veré la carita (me gustaría que le mostrasen una 3D a él de su madre, la verdad, pero eso creo que le importunaría).

Hoy tengo la suerte de ver a mis 3 amores juntos por primera vez. Aunque solo sea un instante. 

Celia se ha despedido dándome un beso a mí y a la barriga y ha dicho "adiós hermanito, esta tarde te veo en la tele".

Así es que nada, a partir de las 5, su carita bonita se mostrará ante su familia.

¡Tengo la sensación de una primera cita!
Seguiremos informando.


CLC


lunes, 11 de febrero de 2013

Convertir las piedras en burbujas



Las tres haditas mágicas jamás atacaron a la poderosa y malísima bruja mala. No sería efectivo luchar contra ella. Tampoco elevaron al príncipe ni le dotaron de superpoderes para llegar ipso facto a besar a Aurora. 
Pero sí convirtieron las piedras de la montaña en burbujas. 
De lo malo hicieron algo bello. No lo hicieron desaparecer, pero ya no le haría daño. Y el príncipe continuó con su camino. Camino que sólo él debe recorrer.

Y con esta frase, comenzó mi buen feeling con el curso de Hipnonacimiento que hemos empezado este domingo. Subestimé a Sandra, lo confieso.

Nos avisó. Nos dijo lo que trabajaríamos. Nada de lo que ocurra aquí, saldrá fuera. Recuerdo que bromeé para mis adentros pensando que si cree que voy a dar un numerito en público -y más con mi escéptica pareja-, iba muy desatinada. Y como siempre, pensé que seguro que "algo" sacaría de todo eso... 
Nunca imaginé que me llevase TANTO. Puedo pecar de cerebral, desconfío (-aba) de ciertas "técnicas" - técnicas científicamente demostradas, por otro lado, pero me suelo creer más lista de lo que soy-.

El domingo viví algo de lo que creo que aún no estoy recuperada. Ahora tengo una percepción mucho más positiva de todo ello. Pero pasé gran parte del domingo muy enfadada. Planteándome incluso no volver.
Vaya, no me gusta toparme con mis miserias, con mis miedos, con mis limitaciones. Y no esperaba hacerlo. Hoy he descubierto que aquel enfado tuvo estas causas.
Siempre se me ha dado mejor escribir que hablar. Ordeno mi caos mental. Pero confieso que esto no se cómo escribirlo para que las palabras no destrocen la intensidad y profundidad de lo que me pasó.

Lo acepto, llevo emocionalmente revuelta mucho tiempo. Demasiados cambios, demasiados obstáculos, demasiado... cansancio... 
Poco tiempo para procesarlo y encauzarlo. Lucho contra la bruja malvada sin fuerzas. Lucho contra lo inevitable y me frustro. Y esa frase... voy a empezar a convertir mis piedras en burbujas. No las puedo evitar, pero sí conseguir que no me dañen.
¿De verdad hay tanta prisa por organizar los temas de la mudanza? ¿es tan importante que haga la compra? ¿de verdad es insuficiente/nulo el trabajo que está realizando Manuel? ¿o cargo contra él por ser consciente de mi propia incapacidad? ¿Celia es egoísta? ¿o soy yo que últimamente gana "mi ritmo"? ¿puedo descargarme un poco para no sentirme tan cansada? ¿puedo aceptar que me siento realmente cansada? ¿por qué no me adentro en la palabra relativización?

Ahora, se comprende un poco mejor el impacto que tuvo en mí esa frase.

Me encantó incluso como frase de Whatsapp. Son esas frases generalizadas que puedes incorporar en cualquier vida, en cualquier momento. Cuánta positividad y cuánta carga. Y qué efímeras. La hubiese olvidado antes de salir a la calle de nuevo.

Pero no. Ahí estaba Sandra, dispuesta a cumplir lo prometido. Aquello que en ese momento sentí medio improvisado, ahora lo veo como fruto de un trabajo muy específico. Con un objetivo bien definido y demoledor.

Nada nuevo. Cosas que sé que están. Con las que convivo y "trato" de modificar. Mis zapatos negros deben ser blancos y los pinto de blanco... y se desconchan y los re-pinto. Lucho contra la bruja mala.
Pero ayer, esas cosas tiraron de mi mano y me arrastraron hacia su significado profundo.

Relajación.

Una de tantas, pensé.

Tras un desconcierto inicial con la respiración consigo estar muy a gusto. Despierto con la voz de Sandra -¿me dormí?- en el típico lugar ese al que me voy. Va, voy a centrarme. Siempre voy al mismo sitio. Me gusta ese prado. No, Sandra no hay agua. No Sandra no hay piedras, ni arena... no has dicho lo que hay... es césped mojado y fresquito. Tengo los pies helados, la verdad... Los pies los puedo mover, pero los brazos no. Me pesan tanto. Sí, estoy sola - con mi marido-, ¿hay alguien? - fulmino a Manuel- ¡hola Celia cariño!
Ah! ¿es mi bebé?... Es ¿Manuel -mi pequeño-? ... ¿Celia no?
¿Tengo que despedirme? No quiero... pero ¿tengo que despedirme? Me estoy despidiendo, sin cuestionarme las pautas de Sandra. No puedo -aún me emociono... menos mal que escribo porque no puedo hablar-. "Es que, Celia, estoy aquí por Manuel, tú me has hecho lo que soy... pero tú no eres el motivo de esto... es él" Lloro, lloro mucho. Noto que me caen las lágrimas pero mis brazos pesan. Mi nariz sorbe mocos sin parar.
La beso. Se va. Pero no puedo verlo.
¿Ves? él me acaba de dar una buena patada. Parece que se ha despertado. Y mi mano también porque te responde acariciándote. Mi pequeño. Por eso te mueves tanto ¿verdad? necesitas sacarme de mi vorágine y decirme que estás y que yo te responda "lo sé". Por eso... eres tan diferente. Necesitas demostrarme que tú no eres ella verdad? Que eres mucho más que una revancha. Las 6 de la mañana, buena hora... es nuestra hora. Y lo sabes. Y no me pesa. Tus buenos días. 
Las palabras de Sandra "suben de volumen" y me dicen que vienes hacia mí. Yo me veo de lado y te veo de espaldas. No se el color de tu pelo. Vienes corriendo.
Te acercas.
Gateando.
Llegas y te recojo del espacio que hay en el suelo, entre mis piernas, y te huelo y te abrazo. A tí. Mi bebé. Pero me veo haciéndolo. No consigo identificar tus rasgos. No hay cara. No hay pelo. Eres tú.
Vuelvo a "no oir" a Sandra porque me dice algo de que me hablas y te hablo, pero no quiero hablar. No quiero escuchar a Sandra ahora.
Durante mucho rato te abrazo, te toco, te beso, te huelo. Te descubro. Tú y yo solos. Y no quiero que pase el tiempo. Y mi tripa para. Y me meto contigo. Y nos quedamos quietitos. 
Sandra dice que te vas, pero en realidad salgo yo. Estas tan dormidito.
Y me alejo, y vuelvo a percibir mis lágrimas. Y vuelve el flujo sanguíneo por mi cuerpo.
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Tengo que comentar con Manuel lo vivido. Pero no puedo. No lo consigo colocar... no puedo hablar. No se qué decirle. Estoy revuelta en mi interior y si tengo que explicar lo ocurrido sólo me saldrían gruñidos para describirlo.
Él lo percibe y me cuenta su "vivencia" dice que cuando ha llegado a la parte de los caminos - directamente yo no estaba aquí, porque no recuerdo nada de eso- casi me pregunta cuál cogemos. 
Me muero de la risa.
Dice que ha decidido volverse a casa y pensar cómo colocar la habitación de Celia.
¡Me parece lo más divertido del mundo! ¡me parto! tengo que cortarme porque no estaba sola pero podía haber muerto de la risa.

Nos toca hacer un círculo - me incomoda un poco- y tengo que dar la mano a Manuel. Yo pienso en lo que ha pasado y me emociono recordando aquel abrazo a mi bebé. Y una lagrimilla de felicidad se me vuelve a escapar - mierda- justo por la parte externa del ojo que da al lado de Manuel.

Mu vivo él me dice "eh!" y le miro.
De pronto le ha crecido el pelo y parece más rizado, se ha dejado barba, ahora sus surcos son más profundos. Pero es él. 
Y ahí esta. Ahí sigue. A mi lado. Sin entender qué me pasa por la cabeza pero sabiendo qué es lo que necesito. 
Y me abraza fuerte. Muy fuerte. Y me vuelvo a venir abajo.

Sigue caminando a mi lado. Sigo necesitando que así sea. Expiro los días en los años que realmente han pasado, desde aquel boli "Bic" azul del pupitre de al lado.

No me ha preguntado. Sabe que cuando pueda se lo contaré. O puede que le mande este link. 

Salí enfadada. Me han revolucionado. He visto mis miedos y miserias, cara a cara. Soy más consciente de su existencia y, lo peor de todo, no es sólo cosa mía.

Estoy en ese curso por él, por que mi pequeño se lo merece. Porque sé que es lo mejor para él, intentar darle un nacimiento sano. Por primera vez, no le he puesto la cara de Celia de bebé al imaginarle.
Le he visto como veía a Celia cuando aún no había nacido. Desde mi alma. Incapaz de dibujarle rasgos.

En este "viaje" no he estado a mi albedrío todo el tiempo. Ahora me doy cuenta de que en la primera parte he ignorado conscientemente o no las "pautas" de Sandra. Pero he seguido a pies juntillas otras partes. Me ha llevado de la mano por ese lugar desconocido, porque yo no habría sabido caminar. Su guía ha sido terriblemente significativa.
Y aquí, en este punto, es en el que me doy cuenta de su intencionalidad realmente estructurada y consciente.

Sospechar - pero sin poder discernir que así había sido- esa intención premeditada por parte de Sandra, es lo que me hizo sentir "un muñeco", una más. Tan predecible como cualquier otro. 
Me enfurecí tanto que hasta me arrepentí de haber dado tanta información.

Hoy, un día despues, lo veo muy diferente. 
Hoy veo necesario ese choque. Y sí, soy una más. Pero eso no es malo.
Hoy, tras unir e interrumpir mis párrafos, tras leerme y verme y volver a llorar, me siento muy bien. Dejo la carrera, impongo la marcha.

Hoy tengo una varita que convierte las piedras en burbujas.


CLC

**Es la entrada más personal que he hecho hasta ahora. Necesitaba hacerla. He necesitado varias horas... varios ratos... la emoción me impedía seguir. Me siento ahora realmente a gusto y liberada. Espero no  necesitar re leerla, re vivirla. Pero por si acaso, aquí me fotografío las entrañas.