viernes, 19 de abril de 2013

Risa tonta



Esa risa tonta llena de amor, de deseos, de recuerdos y esperanzas.

Nada como organizar el armario de tu bebé. Nada como que herede cositas de esa persona que me enseñó y me sigue enseñando tanto.

Nada como ser mamá, nada como esperar a serlo de nuevo.

No lo cambio por nada del mundo.


CLC

viernes, 12 de abril de 2013

Ella, y sus problemas...


Hora y media después de intentar su padre que se durmiera para que pudiésemos ver una serie de más de 7 años, él claudica. Y lo intento yo.

- Mamá
- ¿Qué?
- Es que me pasa una cosa - tono dramático trágico-
- Qué te paaaaasa...
- ...
- ¡¡Qué!!
- Que... verás... que... es que... -coge aire y no lo suelta hasta que no termina de decir todo lo que me dice a continuación- no se me cierran los ojos, creo que voy a ir a buscar a papá a ver qué hace.

Ti ti chassssssss


CLC

A vueltas con el cole.


Descartada la opción de escuela libre - Alere ya no existe como el proyecto que a mí me enamoró-. Me queda buscar el mal menor.

Intento recordar qué me gustaba a mí y qué no de "mis monjas", de "mis curas"y del instituto.

De lo que me gustaba de aquella época, poco tenía que ver con ellas, o con su inmaculado patio asfaltado, o con sus jardines perfectamente simétricos y alineados. Me gustaba mi capacidad para adaptarme, para ser feliz, para no ver aquello y "ver" otras cosas. 
Con el tiempo, la cosa fue empeorando, pero mi actitud se mantenía.

Recuerdo cuando no hacía los deberes de alguna asignatura, el sentimiento de culpa y vergüenza me podía. Era tal, que me llevaba a finjir un dolor de tripa cuando era más pequeña, o a saltarme la clase cuando era mayor.
Mi indisposición era de cara al profesorado, mi madre sabía perfectamente lo que había. Jamás me obligó a ir, ni dudó de mis razones para no hacer la tarea. Pero entendía que mi sentimiento me provocaba desasosiego.

Cuando el ocio primaveral, un apasionante libro o cualquier cosa que me interesase más,  me llevaba a dejar alguna asignatura de lado siendo ya mayor, optaba por saltarme la clase - casi siempre con alguna amiga-. Y ahí es cuando tenía ese sentimiento de estar perdiendo el tiempo.

El pueblo olía tan bien por las mañanas. Ese frescor, esa quietud. Había un murmullo silencioso. Y pensaba en mis compañeros, que no estaban viviendo lo que yo. Que, posiblemente, no caerían en la cuenta de que tras esos muros, rejas, vallas, había un ordenado y maravilloso desorden. Tan callado que pasaba inadvertido.
Me dedicaba a pasear durante una hora. Sin problemas para encontrar un banco en el parque, había tantos que ya ni me apetecía sentarme. Solía sacar mi bocadillo para comérmelo paseando... era un placer superior, nada comparable con hacerlo en las escaleras que bajaban al patio.
Durante una hora pensaba libre. Actuaba libre. Salía de una cárcel no solo física.

Volvía a la siguiente materia completamente renovada y con otro chip. Ah! y cansada, ahí sí que agradecía estar sentada. No tenía la sensación de haber perdido el tiempo. Eso sí, la tarde sería para recuperar con creces aquella hora, pero con el recuerdo de en qué la había empleado.

Y reflexionaba más de lo que esperaba sobre ello. Me gustaba saltarme la norma. Ver más allá. Me gustaba, incluso, pensar que había mucha gente que jamás entendería las sensaciones que yo vivía en esa hora.

Nunca tuve problemas con los profesores por las faltas sin justificar, les valía mis excusas, fuesen las que fuesen, porque, ante todo, yo era una perfecta pieza del sistema. 

Mi libertad comenzaba al salir de ahí. Mi libertad era jugar con mis hermanos, salir a pasear con mi padre. Mi aprendizaje, mis recuerdos con color, son de aquellos muros para afuera.

Y recordando todo esto, me toca encerrar a mi hija.

Tengo claro que mis padres fueron claves en mi forma de vivir aquello. El aire libre era nuestra tónica habitual. La experimentación y dejarnos hacer fue su mejor forma de educar.

Ahora toca mantener vívidos estos recuerdos tan positivos para mi y mejorar aquello que puede mejorarse. Y toca, convencer al otro 50% restante, pieza perfecta del sistema, solo que con todos los deberes al día, de que tome conciencia de la importancia de ese "espacio" al margen de normas y roles. De esa salida a tomar aire. De que "no encajar" no solo no es malo, sino que es muy positivo.

Y de que lo más importante de todo, es ser feliz.


CLC




lunes, 8 de abril de 2013

Tauro Sentado.



Pues eso, que animado por el ambiente de Cádiz, mi ternerito ha decidido sentarse a tapear.

El jueves, tras el susto, en la eco aparecía en cefálica y el lunes, en la eco del 3er trimestre de nalgas puras.

Al principio me pareció gracioso... pero durante esta semana se me ha ido quitando las ganas de reir.

Acecha la rajita uterina. Y aunque se que hay otras alternativas más seguras a ella, no se si me veo capaz yo. La ignorancia, el recuerdo del parto hospitalario de mi hija, su cabeza... Si a ello se suma la inexperiencia en este campo (inexperiencia como en Wallie, porque se deja de hacer... no por falta de documentación al respecto), no tengo la seguridad necesaria como para afrontarlo. No por mí, precisamente.

He hecho ejercicios, he escuchado el latido y parece que tu posición se ha modificado. Pero sigo teniendo cierta ansiedad.
No esperaba esto. Menos mal que mi matrona de parto en casa está ahí para cuando mi cabeza se vaya definitivamente a Raticuli.

No puede quedarse esto así, seguro que decides replantear tu postura - literalmente-, ambos nos merecemos nacer y renacer como deseamos...

Desde aquí, de barriga para afuera, te mando todo mi amor para que consigas encontrar el camino.

Y si decides, definitivamente, que las nalgas es lo primero que debe salir al exterior, lo aceptaré y pelearé para que, al menos, seas tú el que elijas el momento de hacerlo.


CLC.



jueves, 4 de abril de 2013

BEEEEEEEEEEEEEE



¿Conocéis esa sensación de impotencia que queda cuando tu interior te grita que lo estás haciendo mal, que eres una cobarde, que puedes poner en peligro a tu hijo, y aún así, sigues dejándote arrastrar hacia la oscuridad?

Cádiz, 28 de marzo de 2013, Hospital UNIVERSITARIO Puerta del Mar.

CLC muerta de miedo porque acaba de vivir una experiencia nueva. Un chorrito de líquido transparente e inodoro cae constante e irremediablemente por las piernas, bueno, ya en una compresa.

Y ahí está,  SOLA, en  monitores,  oyendo el galope de su hijo con unos gritos parturientos de fondo. Evadiéndose de ese goteo incesante tratando de dar fuerzas a esa nueva mamá.

“ayyyyy… no puedoooo, no puedo mááááás!” – Madre SOLA

“Claaaaro que puedes, y si no puedes, ya sabes, vas a cesárea”- Recién bautizada con su primera frase como MATROSAURIA.


CLC manda “lines” a su amado –cuyo aviso no desconecta para, palabras textuales del vengativo sudodicho, fastidiar al personal que no lo evita juntándonos en el mismo habitáculo- y se entera de que el futuro papá se encuentra en la sala de espera. 

Oh!  Sí que le faltan años a este hospital… -Pensamiento nada alentador para CLC, que subcontrata la tarea de buscar opiniones de ese hospital porque teme los resultados de la búsqueda…-

El latido vuelve a captar la atención de este corderito y se da cuenta, cual iluminación divina, de que su bebé está a otras cosas. La tripa está blandita y no se registra ni una contracción.


Una ensoñación me lleva a arrancarme las cintas y salir por la puerta que me separa de Man. Y ahora, me arrepiento de no seguir mis “sueños”…

Tras varias horas con pensamientos varios, CLC pasa a la consulta de la gine. Y ahí… CLC se baja las bragas y piensa  cómo decirlo…

-Perdone, ¿qué me va a hacer? – aún no se cómo me salió voz, ni cómo pudieron escucharla… Pero lo pregunto, ridículamente desnuda corriendo la estúpida cortinita blanca.

-Vamos a examinarte con el espéculo y a hacerte un tacto – mirada de total y absoluta perplejidad.

- ¿Y eso no es peligroso?   

- Eso es lo que hacemos aquí – ¿en Cádiz o en la Tierra? porque me mira como si me saliesen cuernos verdes de las orejas -¿A dónde quieres llegar? –mirada “acero azul”  

- Pues que si tengo fisura de bolsa y ustedes me urgan, aumenta el riesgo de infección…¿No hay otra forma de averiguarlo? Unas tiras…- esto creo que ni lo oyeron porque la gine comenzó a hablar profundamente herida por mis cuestiones-.

- Si se confirma la fisura – ¿tocándola?- lo primero que haremos será ponerte antibiótico porque no tienes trabajo de parto. Nosotras tenemos todo estéril.

A  partir de ahí, me metieron un espéculo estéril, unos dolorosos dedos con guantes  estériles y un ecógrafo vaginal estéril -se ocupaban de poner ese apellido cuando pedían los materiales-. Y descartaron fisura…y traté de descartarla yo también pues no podría con mi tormento…

Las pérdidas fueron disminuyendo a lo largo del día y quedaron reducidas a mi flujo habitual al día siguiente.
Y de ello solo me queda la sensación amarga y el triste recuerdo de que cuando la cosa se pone seria, CLC vuelve a ser un corderito.

Pero lo bueno que tiene una es que luego se desahoga, y no importa las veces que tropiece, porque al menos cuestiona. Y eso es algo que le es relativamente nuevo.
CLC, nació con Celia. Y pronto cumpliremos 3 años, aún nos queda mucho que aprender. Mucho que caer y mucho que levantarnos.  Lo más positivo de todo es que las consecuencias de estas equivocaciones son cada vez menores. Y que, a veces, me sorprendo siendo león.

CLC