viernes, 23 de abril de 2010

Fase de Aceptación y Posteriores...


Tocaba revisión del primer trimestre. Llegué a la consulta y, al hacerme la ecografía, me dijo el gine: "es muy chiquitito". Recuerdo bromear hacia mis adentros diciendo: "¿qué se esperaba? tiene 12 semanas".

Continuó pues la exploración y me dijo: "hay que modificar tu fecha de última regla. Ahora tu fecha probable de parto será el 24 de abril. Ahora tiene un tamaño correspondiente a nueve semanas y media."

Ahí si que ya me había terminado de liar: ¡ya no sabía si era yo la madre!

Le vi en la pantalla... me llamó la atención su nariz¡¡se veía muy grande!! Manuel me dijo: "va a salir a tu familia". Sonreí. Me encantó.

Tras la revisión del que yo creía primer trimestre comprendí que mi bebé seguiría conmigo mucho tiempo.
Por tanto acepté la idea de ser madre, pensando que, ya que lo iba a ser, deseaba un hijo sano. Por ello comencé a informarme de qué pruebas me tendrían que hacer para descartar malformaciones.

Así, el día de la ecografía de los "descartes" -la nombro así frívolamente porque es lo que parece, si hay trisomías, monosomías,... embrión fuera, la mayor parte de las veces- ya me fui con la lección aprendida.
Pregunté por la presencia de hueso nasal, pregunté por el límite del pliegue nucal, pregunté por mis resultados del cribado. Me adelanté al ginecólogo y me aseguré de entender todo lo que tenía que entender.

Todo perfecto, mi bebé estaba sano.

Ahora me había hecho a la idea y, aunque no estaba entusiasmada, no quería perderlo.

El miedo a un aborto traté de despistarlo pensando en el mañana. El parto.

Comencé a informarme de todo lo que me esperaba. Además, conté con la incalculable ayuda de una amiga -matrona- bastante "hippie" que me tiró por tierra todo lo que yo asumía para mi parto.
De repente, me ví rechazando todo lo que, por protocolo, estaba fijado en los hospitales.
Me recomendó algunos libros y me dejó otros. Me recomendó derivación de hospital.

Y en pocas semanas me vi leyendo "Embarazo Seguro", husmeando en "elpartoesnuestro.org", leyendo relatos de partos que nada tenían que ver con lo que yo tenía asumido.
Esto me llevó también a interesarme por la lactancia y crianza... y, poco a poco, fui descubriendo un mundo intrigante y maravilloso del que yo quería formar parte.

Ahora ya me sentía preparada para lo que un bebé necesita, ahora contaba con las herramientas, que no son otras que dejar la naturaleza fluir. Sin métodos. Sin handicaps. Sólo necesitaba amar a mi bebé. Y eso, ya lo estaba haciendo.

Parece que cuando se fue el MIEDO llegó el AMOR.

Mi marido se puso como loco cuando se enteró de que Celia era niña. Yo hubiera preferido un niño porque yo siempre había querido un hermano mayor. Pero ella es lo que quiero.

Y aquí estoy, esperando a que venga. Sabiendo lo que quiero para mi parto, posparto, lactancia y crianza, pero, sobre todo, sabiendo que todavía tengo que aprender mucho más.

CLC

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