jueves, 5 de diciembre de 2013

Un año, un mes, un día.




Voló la pequeña junto a la mediana.Y el mismo camino de vuelta con los brazos vacíos.

Las palabras se me agotaron antes de salir. La negrura sólo tiene el tiempo como disolvente.

Y ahora, todo el mundo tiene las respuestas menos ella. Todo el mundo da por supuesto aquello que aún no ha imaginado. Llevaba más tiempo con ella del que ahora lleva sin ella. Y nadie lo ha pensado.

Su presente no debe mirar el futuro. Debe ser caminado para que las respuestas vengan cuando las preguntas sean formuladas por ella misma.
Porque la vida solo la vive el que la tiene. El que la quiera, que se compre otra.

Ahora toca abrazar esos brazos vacíos. Acompañar esas lágrimas. Respetar el silencio.

Y pedirle a esas estrellas que iluminen el camino. Que cuiden de ella.


Uno + uno+ uno,  son tres. Siempre serán tres, puede que alguno más, pero ninguno menos.