miércoles, 17 de diciembre de 2014

Metamorfosis de CLC


Pienso que todo cambio interior conlleva un cambio exterior.

Dado que el SPF se extendió en el tiempo, cansada de ser la única que me veía en la 38, quise demostrar a los demás que realmente cabía en esa talla (y en una menos!)

Y mi mente se enfocó en mi cuerpo.

Me apunté a un gimnasio de una conocida cadena sólo para mujeres, hice una dieta saludable y poco restrictiva (muy restrictiva en cuanto a dulces hipercalóricos, eso sí) y a sudar kilos.

Podómetro en pantalón. Dormía en mi mesilla de noche junto a la Tablet. Era lo último que me quitaba y lo primero que me ponía por la mañana. El mínimo inicial eran diez mil pasos. A eso le sumé dos hijos y tres días de gimnasio.

Empecé a perder peso, rápidamente y en pocos meses. Pero fueron durillos. A nivel físico y de organización. Conté con mi compañero de camino. Sin él, no hubiese podido tener ese ratito cada tres días. Y es mucho, dado lo complicado del “compromiso” horario de su trabajo.

Una vez cogido el ritmo, todo fue rodado.  Y despedir  varios kilos al mes,  da subidón.

Así es que esto no ayudó mucho a bajar de mi nube. Como contrapartida me embrutecí. Pero tenía que elegir, temporalmente. Luego –diecisiete kilos después-  volví a aumentar un poco la cantidad de hidratos. Y ahí ando... soy una tía buena no tan lista, pero bastante feliz.

Bromas aparte, creo que ha sido todo un reto. Desde que nació Manuel, siento que soy capaz de todo. 

Que he puesto al límite mi cuerpo y mi psique y lo he rebasado. Y esto lo llevo a cualquier parte de mi vida diaria. Soy capaz de correr durante cuarenta minutos o más. Antes pensaba que moriría si mis carreras duraban más de diez. Sigo sintiendo esa necesidad de llegar. De esforzarme, de ponerme al límite y traspasarlo. Me he hecho una yonqui de ese subidón. Es una sensación difícil de describir. 

Soy capaz. Yo lo pienso, yo lo consigo.
Y esto, creo que no ha hecho más que empezar. Creo que esta necesidad me enriquece como persona y me enfoca.

Ahora estoy en una situación personal un poco extraña, de observación, de prospección. Pero sé que cuando me arranque, que cuando empiece a correr, será para volar.

CLC




No hay comentarios:

Publicar un comentario