martes, 6 de julio de 2010

Los dos meses de mi vida

Ahora parece que antes no vivía.
Ha sido tan brutal el cambio en mi vida y mis prioridades que lo de antes carece de importancia.
Ahora solo me enfado por cosas relativas a ella y lo que más me hace reir es lo que hace/dice/respira ella.
Puede que el pasotismo por todo lo demás sea hiriente para mi gente, pero es que hasta eso me da igual. Mi niña está tranquila, ha comido, tiene limpio el pañal, sonríe,... pues todo es perfecto.

Los "anda que me llamas", "a ver cuando quedamos", "deja a la niña un rato con tus papis" -ja!-,"es que me tienes olvidada",... me llegan tangencialmente al cerebro. Del mismo modo se van. Sin profundizar.

Creo que puede llegar a ser contraproducente. Dejar mi vida anterior de lado en pos de mi actual situación. Pero es que ME DA IGUAL.

Mis intereses se basan en continuar aprendiendo de ella. Es tan fácil ser madre. Solo tienes que escucharla y mirarla con el corazón, y ella te lo dice todo.

No es bueno que duerman boca abajo; Celia no duerme más de 15 minutos si no es boca abajo. Un día la "escuché" y le di la vuelta. Desde entonces ya no duerme de otra forma. Parece que ha pactado con Lilith y que así sea para siempre.

Es conveniente que expulsen los gases tras cada toma; Celia no los expulsa cuando yo "se lo pido", lo hace cuando ella quiere y "me lo dice" y yo le facilito las cosas, pero siempre como su espectadora.

Es síntoma de deshidratación la fontanela hundida; y no lo dudo, pero puede que en ese momento no le apetezca lo más mínimo tomar.

Cada día aprendo más de su enigmática personalidad. Su sonrisa es tan bella como escasa, pero tiene la particularidad de dedicármela cuando la necesito. Sus llantos cada vez son más precisos y diferentes según lo que demanda. Y sus ojos, sus ojos me lo dan todo. Ya me hablan. Y yo le respondo, casi siempre lo mismo: Es imposible quererte más.



CLC

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