lunes, 21 de mayo de 2012

Lo de Marco era apego seguro.


El sábado estuve en una conferencia organizada por Besos y Brazos. Bueno, en lo que la vitalidad de cierta niñita preciosa, me permitió ver de una conferencia.
El ponente era Adolfo Gómez Papí. ¡Qué pediatra padre hombre! Me dejó impresionanda. La exposición estaba basada en su libro: "El Poder de las Caricias". Libro que por supuesto anda incluido en mi lista de regalos de cumpleaños.
Posiblemente, debido a mi curiosidad bloguera, muchas de las cosas expuestas me eran muy familiares. Aunque eso no quita, que escucharlas de él sea infinitamente más reconfortante. Y como con todo, SIEMPRE, se aprende algo nuevo...
En mi caso he sacado tres conclusiones muy enriquecedoras:

- Plasticidad emocional

La teoría nos dice que el apego es esencial para el bebé desde el primer minuto. Recuerdo que mi abuela dice "no lo toques, que lo aborrece la madre", no sé qué ciencia tendrá esto en cuanto a felinos, pero por supuesto que sí tiene mucho sentido. Al menos a la inversa. El recién nacido prefiere el olor del líquido amniótico a cualquier otra cosa del mundo. Y lo más cercano a ese olor y segundo en escala de preferencias es el olor del pecho de su madre. Ya tenemos la explicación en cuanto a las necesidades del bebé. De sus primeros minutos de respiración pulmonar. 
¿Qué le pasa a nuestro bebé cuando esos primeros minutos no los pasa encima nuestro? Pues que, en terminología adulta: les chafamos el corazón. Se estresan, se desorientan, lloran... 
Pero tienen algo muy bueno... "olvidan" tienen esa "plasticidad emocional". Si mi hoy es pleno, seguro y amoroso. Si mamá enmienda esa separación con dosis extra de teta, besos, amor,... ese bebé recompone su corazón. Demostrando además que lo hace mucho mejor que los adultos. Pues esa misma separación para la madre, en la mayoría de los casos, nos es más difícil de superar.
Igual que con los primeros minutos, habló de los primeros meses. Incluso hubo un caso que me erizó los pelos. No puedo ni imaginar esa madre y su bebé, separados durante 3 meses desde el nacimiento de ambos -ya sabemos, nace un bebé y nace una madre- 
Pero Adolfo, dio esa tranquilidad que sólo alguien con su preparación y experiencia paternoprofesional puede dar a una madre. Por tanto, todo es en cierto modo, recuperable: Lo que no hice en su día puedo hacerlo ahora para modificar los valores y apego de mi hijo...
Eso sí, es recuperable para nuestros hijos, repito, pero también es vital para ellos que nosotros estemos plenamente -o casi-  recuperadas de aquello. 

-Nos va la caña:

Fui realmente consciente de ello en el momento de las preguntas. Lo que más reincidía es ¿lo hago bien?, me siento culpable, no se si eso es malo...
Quitando el caso mencionado anteriormente, el resto mostraban inseguridades de cosas completamente normales. Nunca asumimos que más de nuestro límite no podemos hacer nada. 
Como madres leonas queremos evitar sufrimientos a nuestros hijos causados por nuestras actuaciones. 
Pero olvidamos, que solo somos humanas, que no tenemos superpoderes - al menos, superpoderes de los que salen en la tele- y que, a veces, las cosas pasan porque no ha habido otra forma de que ocurran...
La llegada de hermanos, la separación en la guarde, el cuidado por otras personas...
Todo esto nos fustiga y nos merma y no nos damos cuenta de que ya, sólo por plantearnos estas cuestiones, estamos haciendo mucho más por ellos de lo que creemos, porque cuando tomamos consciencia de ello y lo interiorizamos, se nos pone en marcha un mecanismo "redentor" que hace que compensemos con creces aquello que haya podido afectar a nuestro hijo.

-No soy tan rara:

O sí, pero mi especie no es tan poco frecuente como yo lo creo... Y si un pediatra con su madurez y gemelos, no ha podido/querido separarse de ellos hasta que han tenido 8 años, no debo sentirme mal por decidir no dejar a Celia dormir sin nosotros. Sobre todo, no debo dejar que me afecte cuando tratan de normalizar esa separación. 

Y ahora, a esperar con impaciencia a Rosa Jové... aunque desde ya digo, que superar esa calma que me dió Gomez Papí va a ser complicado.

CLC


PD: El título no tiene que ver con la entrada, lo sé... pero es que es una reflexión que me vino a la cabeza después de ver ésta mañana el valor y ausencia de miedos de este niño a la hora de afrontar tal viaje, sólo por ver a su mamá.

2 comentarios:

  1. Muy interesante. estoy de acuerdo en todo menos en lo de que no eres tan rara ;P, en que quedamos no eras de otro planeta? jajaja. Cada vez hay más gente rara, menos mal, que trata a sus hijos como le sale de las entrañas. Besitos

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    1. mi no entender por qué no ha salido tu otro comentario... :(

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