viernes, 7 de junio de 2013

Made for being hugged


Hoy se ha despertado a las 5. Dos minutos después caí en la cuenta. Hacía exactamente un mes que me miró así por primera vez.

Y las nocturnas promesas de amor mientras duerme, esta noche, han aprovechado esa mirada rasgada para que sean recibidas más ampliamente. Hoy las he concluido amenazando con que suelo cumplirlas y he querido ver una sonrisa que ha llenado de lágrimas mis ojos.

Este niño es el dueño de mi serenidad. Y parece haberlo interiorizado. 
Mi tranquilo y afable dormilón, me enseña a desaprender mis técnicas para dormir, para amamantar e, incluso, para generalizar.

Ahora me toca asumir que prefiere su carro en ciertas ocasiones, o incluso los brazos de su padre.
¡Qué bien repartido está el mundo!

Pero sea como sea, sigo teniendo claro que está hecho para mis brazos. Ya sea por sus gasecitos o conato de síndrome de cuna con pinchos, ambas, suponen excusas perfectas para que ambos descansemos "unidos" por nuestra barriguita.

Felicidades mi precioso niño y gracias por hacer mi corazón un poquito más grande. 


CLC

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