domingo, 13 de marzo de 2011

Para Bea.



Debido a la dictadura de la sanidad pública, del silencio, de la supuesta preparación profesional, del miedo a enfrentarte a alguien con "sólo" el argumento que tu instinto te marca, nos encontramos con situaciones como la que voy a describir a continuación.


Mi amiga Bea, me escribió un correo en el que, entre otras cosas, me pedía consejo sobre cómo empezar a introducir a una amiga suya, recientemente embarazada, en nuestro maravilloso mundo de parto natural, lactancia y crianza con apego.
Es triste que este tipo de información no sea la que se te ofrezca de primeras, desde el momento del positivo, sino que seas tú misma la que tengas que buscar, leer y discrepar. Discrepar incluso en el momento del potro. ¡Qué contrasentido! se escudan en un hipotético bienestar físico del feto y de la madre, olvidando el psicológico de ambos -pese a que estos traumas sí estan significativamente documentados-

Bea es matrona y me pide a mi, como madre, iluminarle. Ella, dice, está en crisis - en parte, puede que desilusionada por lo atada que se siente en la Seguridad Social-
Me halaga. Lo hace por dos razones.
En primer lugar, ella cuenta con mi experiencia. Parece mentira, pero el tiempo, aunque sea poco, te dota de ese poder.
En segundo, porque ella fue mi "mentora". Ella apovechó sabiamente mi curiosidad y miedos para volcarme todo tipo de conocimientos. Ella me dedicó extensísimos y enriquecedores correos. Yo temía que se aburriese, pero no, ella se disculpaba por el tamaño de sus textos... eso, amiga mía, es vocación.

Así es que, Bea, voy a limitarme a recordarte mi inicio de embarazo.

Yo comencé éste blog teniendo muy claro lo que deseaba. Concretamente, desde el tercer o cuarto mes de gestación de Celia, ya había devorado gran parte de la bibliografía necesaria para un embarazo y parto feliz. Despues, vendría la lactancia y crianza -por cierto, el libro que actualmente estoy leyendo, es "Crianza Feliz" de Rosa Jové-

Pero el principio de mi embarazo fue muy diferente.
El miedo era la constante principal. Miedo a abortar, miedo a parir, miedo a criar, miedo, en definitiva, a lo desconocido. Entonces, la información era mi única forma de conocer si no hay experiencia previa. Y ahí entró Bea. Comenzó con un link, me recomendó leer las historias de parto "las últimas, que son más suaves" - dijo-. Entonces conocí a Toya - y a Patricia-, a Ana - y a Marcus-, a Esmeralda -y Sira-, etc,... y yo quería más. Me emocioné con todos y cada uno de sus textos e imágenes. Continué con los vídeos de "bienvenida" de Wanda y Christian.
Y lo tuve claro, yo quería que mi bebé tuviera como recibimiento esa madre fuerte, capaz y segura de sí misma. Esa madre que daría todo lo necesario para ofrecerle la mejor entrada a la vida. Y quería, también, ser esa madre feliz y orgullosa de su trabajo. Quería ese subidón hormonal. Yo quería para mí esos partos brutales e intensos.

Me quedaba claro que se podía parir sin miedo, de una forma consciente y con dolor. Que el parto no era sufrimiento. Y que todo esto realizaba a la propia madre.
Ahora me quedaba sentir esa seguridad dentro de mi.

Para ello, Bea me recomendó Embarazo y Parto seguro. Me prestó: Parir sin Miedo, Bésame Mucho, El concepto del Continuum y Un regalo para toda la vida. Esto hizo el resto.

Mi seguridad en mi, en Celia y en nuestros cuerpos aumentó exponencialmente. Estaba deseosa de poner nuestras "máquinas" a funcionar. Pero claro, antes tenía que tener en cuenta muchas cosas. Yo no pariría en casa, mi dilatación y expulsivo estarían limitados a un hospital, a unos protocolos.
Bea, de nuevo, me asesoró. Uhmm... Valdemoro... ¿no intervienen?¿dilatas y pares en la misma habitación? ¿a solas con quien tú quieras? ¿tienen duchas? ¿y pelotas de dilatación?Entonces no necesito ningún plan de parto ni nada, ¡es su política! ¡qué suerte, puedo elegirlo!

Bea me continuaba enviando correos: ejercicios de suelo pélvico, borrador de plan de parto -por si acaso-, artículos de interés, incorporación a las listas de EPEN... Todo lo archivé en una carpeta: "CELIA". Todo lo tengo guardado para releerlo y compartirlo. Desde el principio hasta el final.
Ahora, Bea, si lo necesitas, te lo reenvío para que tu sabiduría y trabajo siga circulando y esto de parir vuelva a su esencia, vuelva a los orígenes que jamás debió perder. Espero haberte recordado esos momentos, para mí impagables. Gracias por todo.

La ciencia y tecnología no nos debe limitar. Nuestro tiempo, nuestros deseos, nuestras emociones sólo deberían ser perturbados en momentos de peligro real. Eso es ser un buen profesional.
Y tú, futura madre, movilízate.


CLC

5 comentarios:

  1. Puffff...no sé si sabes lo que es leer algo mientras todo tu cuerpo se eriza y se estremece y todos los recuerdos se agolpan en la cabeza mezclándose rápidamente y no dejándote pensar más que en el TODO. Que bonito ha sido reencontrarme en tus palabras...y decir que de una forma u otra Bea en mi tb influiste, indirectamente pero así lo hiciste y aunque a veces las cosas no salen como deberían salir... hay que seguir luchando porque así sean¡
    Gracias CLC por volver a recordar el por qué...casi que me apetece intentarlo otra vez ^^

    ResponderEliminar
  2. Uff, gracias por este peazo de entrada!.La verdad es que llevo días queriendo responderte, (no se merece menos), pero me quedé sin palabras cuando lo leí.
    No pensaba que te habían servido tanto mi "sugerencias",jeje. Me alegro mucho. Y también de haberte influido de forma positiva a ti tb, Xaomai, aunque sea indirectamente. A ver si nos conocemos algún día.
    Como bien dices, he estado un tiempo en "crisis". En cierto modo, frustrada. Pero no por lo que dices de estar "atada" a la seguridad social. Creo que me pasaría igual aunque estuviera trabajando en el ámbito privado.
    Digamos, que me estoy replanteando si soy capaz de con mis palabras -y actos- llegar a hacer "replantearse" ciertas cosas (embarazo, parto, crianza...) a las mujeres que acuden a mi consulta. Y si es realmente eso lo que necesitan.
    Me he dado cuenta de que cada mujer, cada bebe, cada familia, tienen sus necesidades, tienen su ritmo y sus preferencias.... y no siempre coinciden con lo que nosotros pensamos que es "lo mejor", por mucho que esté demostrado científicamente y que existan estudios al respecto.
    Cada mujer tiene su manera de pensar en cuanto a estos temas, que están muy arraigadas en su forma de ser, en su ámbito social y cultural…desde mucho antes de quedarse embarazada si quiera. Y eso no puede cambiarse de un plumazo porque un profesional sanitario (en este caso, matrona) en 6 visitas y 6 clases prenatales te hable de ellos en términos diferentes a los que tu creías. Es un trabajo personal de cada mujer/madre, que tiene que realizar (junto con su pareja), a su ritmo. Como decía, una amiga: no puedes “abrirle los ojos” a nadie, hay cosas que aunque las tengamos delante, si no las queremos ver (o no estamos preparados para verlas), no las veremos.
    Claro que creo que como profesional puedo y debo sembrar la “semillita”….Y claro que es mi deber informarle de pros y contras de cada opción que elija (en cuanto a parto, lactancia, crianza…). Pero no puedo olvidarme de que el mundo ideal no existe y que a veces las circunstancias mandan. Desgraciadamente, aún queda mucho por andar. Por ej. en el tema parto. En la mayoría de los hospitales de nuestro entorno hay cosas que no se pueden hacer (libre postura para dilatar y parir, acceso al agua como analgesia,….) y no todo el mundo puede cambiar de hospital (por cercanía,...), ni eso es garantía de un parto excelente….Tampoco todas las mujeres están dispuestas o preparadas para realizar un plan de parto. Y te digo que se lo propongo…pero aún existe miedo a que las “traten peor” por “ir de listillas”.
    Por otro lado, no creo que la semana 30 o treinta y tantas (q es cuando suelen acudir a las clases preparto) sea el momento de crear “suspicacias” contra el hospital donde tendrán que ir a parir. No sé hasta que punto puede suponer crearles un estrés innecesario y una desconfianza que puede hacerles vivir el resto de embarazo y parto a la defensiva y con miedo no sólo a como irá el parto (ese miedo ya lo tienen la mayoría antes de ir a las clases), sino a “qué me harán”. (El estrés y el sentirse amenazadas supone un riesgo real para que el proceso de parto se complique).
    No quiero que me malinterpretes, con esto no quiero decir que haya que pintarlo todo bonito y que vayan como borregos a “dejarse hacer”. Soy consciente de que sin información no se puede decidir y que las mujeres deben poder decidir muchas cosas, y que si esas cosas no se piden, será más difícil que el sistema (protocolos, profesionales…) mejore.
    Ahí es donde está el dilema (mi dilema y fuente de frustración), encontrar el punto medio de informar sin agobiar.
    Bueno….no me quiero alargar más, aunque se me amontonan las ideas en la cabeza, jeje. Tengo la sensación de que me he explicado fatal…uff. Como siempre “hablar” contigo me sirve de desahogo.

    Un Beso. Beatriz

    ResponderEliminar
  3. Pues creo que te has explicado de maravilla. Entiendo perfectamente lo que quieres decir y eso explica lo que no me cabía en la cabeza... ¿cómo una mujer no elige este tipo de parto? ¿cómo una madre decide dejar de amamantar?
    Pues por eso mismo, cada una somos de nuestra madre y nuestro padre, con nuestras circunstancias, vivencias y prioridades.
    Mi error está en creer que eso es una medida de amor. Toda madre quiere de igual forma a su hijo, dando teta o bibe.
    Y si una madre no quiere cambiar un ápice de su forma de criar, ni tan siquiera quiere informarse, es una opción que no comparto y jamás compartiré, pero es tan respetable como la que más.

    Como siempre, enriqueces mi mente.

    Un besazo

    ResponderEliminar
  4. Pues yo creo que a mí mi plan de parto sí me complicó la vida, e hizo que la matrona que me tocó en gracia no me tratara muy bien, al margen de que para poder leérselo, como llegó en el cambio de turno, me tuvieron 15 minutos sola con mi pareja, aguantando como pude a que viniera, porque ya había dilatado, tenía unas contracciones brutales, y necesitaba empujar.

    ResponderEliminar
  5. Es triste. El expresar como quieres parir no debería interpretarse como un ataque al profesional. Creo que tu matrona así lo hizo, es muy triste...

    ResponderEliminar