viernes, 23 de enero de 2015

Diosa Griega



Mi hermana se ha hecho madre. Hoy hace cinco meses.

Mi hermana,14 meses más pequeña que yo, ha puesto mi corazón en su puño y lo ha estrujado desde aquel positivo. Ha cogido mi mano para que le enseñara mi mundo y ha abrazado por sí misma lo que yo tuve que leer para entender.

“No soy como tú” me decía cuando hablábamos del parto, de la lactancia, de la crianza, del irremediable cambio en su persona. Y aun así, aguantaba sermones, whatsapps e incluso prohibiciones que salían de mi derecho por el artículo treinta y tres de hermana mayor.

Tuve que hacer ejercicio de contención pues mi invasiva personalidad no beneficia su libertad de actuación. Su ensayo-error. Por otro lado, tenía pánico a que ella viviese un error.

Toda la vida igual, sintiéndome responsable de ella. Sin pedírmelo.

Ella no lo necesitaba. Ella preguntaba, observaba, sentía. Se comportaba como una madre y tomó sus decisiones. Ella es muy inteligente y debo recordármelo.

No dormí nada el día en que su hija avisaba de su llegada. Mis defensas me abandonaron y mi menstruación se adelantó. En la –demasiada- distancia, mi cuerpo parecía querer parir con ella. Mis hijos me echaron de menos pues yo sólo tenía ojos para el whatsapp y mi mente no estaba aunque no hubiese móvil delante.

Mi hermana nació como madre a la hora prevista –tengo buen ojo -.Y  la nacida en la Isla de Thera parió a una Diosa Griega. Preciosa, enorme y hecha para sobrevivir.

Diosa que me dividió un poco más el corazón. Me recordaba a mi hermana, de pequeña. Me recordaba a su padre. Y también a mi hija. Me recordaba a mi gente. Y es maravilloso.

Ver cómo pertenece a sí misma y a la vez un poquito a los demás. Sentirla tuya. Quererla como tuya. De tu clan. De donde vengo.
Sentir, con más objetividad que si se tratase de mi propia hija, lo maravilloso de la naturaleza. De los genes. De la vida.
En cierto modo ella devuelve parte de lo que el universo se llevó demasiado pronto. Y el significado de esto hay que vivirlo para abarcarlo.

Mi pequeña Diosa Griega se aferró a la teta “como si le fuese la vida en ello”  y no pude evitar llevarme así mi primera satisfacción.
Mi hermana y mi cuñado se ocuparon de lo demás. Como debe ser.

Ha pasado dos mastitis, crisis, estrés, colecho, noduermosintí,… y siguen nadando, tal y como lo esperaba, tal y como no creían. Pero ha salido de ellos. Ella, se reponía. Él la sostenía. Como debe ser. Y así sigue siendo.

Esta niña es muy afortunada. Tiene suerte de tener ambos padres implicados –y horarios y lugar de trabajo flexibles- para disfrutar más equitativa y serenamente los primeros meses de su recién estrenada familia. Y mi sobrina lo compensa con la tranquilidad de un bebé satisfecho y feliz.


No, mi hermana no es como yo. Es mucho mejor.



CLC


1 comentario:

  1. Mejor noooo! Sigo aprendiendo de ti, hermana, estudiando tus esquemas. Es fácil no errar cuando tienes audioguia :P mehe limitado a seguir tu consejo mas valioso: haz solo aquello q t haga sentir bien, sigue tu instinto.
    Sabes q entre nosotras no hay distancias, por eso no necesito mas tribu q a ti.
    Cinco cortos meses han bastado para cambiar radicalmente mi forma de pensar en la crianza. Y eso te lo debo a ti!
    Por cierto, por ahora no apuntamos la tercera mastitis, parece q nos hemos hecho de la obstruccion... Una vez mas gracias a tus apuntes.
    Muchas gracias por estar siempre ahí, por enseñarme el camino, por darme espacio cuando lo necesitaba y por no poner nunca mala cara cuando t decía q yo era diferente a ti. Te quiero

    ResponderEliminar