martes, 1 de septiembre de 2015

Namaste


Hasta aquí mi etapa. Termino este blog que un día empecé con el fin de regalárselo algún día a mis hijos. En especial a Celia.

Casi seis años.

Siento que si sigo aquí continuaré estancada en unas circunstancias que ya no existen. Me releo y no me encuentro. Parezco otra. Ahora leo más, escribo menos. Y actúo diferente.

Volvimos a mudarnos, volvió la crisis. Tocaba acomodarse, hacer tuyo algo tan ajeno. Qué difícil.
Pero el tiempo pasa y el destino pone en tu camino circunstancias y personas. A veces esas circunstancias y esas personas son determinantes. 

A veces, puedes sentir un hogar con varias cajas por desembalar. Lo juro.

A veces, ese dolor de tripa, esa sensación extraña con lo que "hay" para nuestros hijos, desaparece.

A veces, todo empieza a tener sentido.

A veces, tu camino te lleva a seguir avanzando porque lo contrario supone más esfuerzo. Y entonces, pareces despertar. Ya nada te para.

Así es.

He encontrado una maravillosa tribu que me hace disfrutar de mi crianza.

He encontrado el modo en que mis hijos tengan la educación que se merecen.

He averiguado que la particularidad de Celia, su especial forma de pensar, en definitiva, su capacidad intelectual, es más alta de lo que corresponde a su edad cronológica. Es maravillosa su mente. Pero eso implica mucho más por parte de su entorno. Debemos estar a la altura y en ello andamos. 
Por otro lado, el resultado del dictamen, nos relaja y ayuda a comprender ciertas actitudes. Y comprender es un gran paso. 

Y es este cúmulo de factores -y otras pequeñeces- el que me lleva a emprender un proyecto del que se beneficiarán mis hijos y los hijos de mucha gente maravillosa que hace de mi camino un trayecto con música y olor a lavanda.

Por todo esto, necesito pasar página y empezar a hablar de otras cosas que también tienen que ver con el amor, pero en otro tono.

Agradezco a todas las personas que han estado en mi camino el aporte vital que han supuesto. Agradezco, a EAM el que me haya puesto las cosas tan difíciles tras nuestro paso por Mallorca y haya hecho que no me conforme con menos. Sobre todo, agradezco lo que hicieron en mi hija. O lo que no hicieron, mejor dicho.
Agradezco el trabajo de mi marido, porque nos ha permitido vivir lo vivido, pese al coste. Pero estamos aquí. Donde debemos.



Hola. Adiós. Gracias.


Nahema.






1 comentario:

  1. Me he quedado sorprendida..y algo triste tb..me gustaba mucho leerte, esa forma que tienes de escribir me encanta.

    No sé que ha ocurrido, no entiendo bien a que te refieres, pero sí es verdad que las personas cambiamos mucho.

    Mucha suerte en tu nuevo camino. Un abrazo y gracias x compartir ese trocito de ti.

    ResponderEliminar